“El tuit es una nueva forma de expresión, exigente y gimnástica si no
hacemos trampas. ¿Es periodismo? No lo sé, pero entrena al periodista”. http://ow.ly/Wtx2p.
Nosotros comentamos ese tuit el 30/XII/2015 así:
“Creo que es periodismo si es noticioso o informativo o con contenido
relevante; riguroso y sin que incluya trampas. http://ow.ly/Wtx9J.
“No todo
tuit es periodismo. Menos, por su definición: "microblog": bitácora,
diario (http://ow.ly/Wtwhk.
http://ow.ly/WtxDZ.
Con ese motivo, hubo un intercambio
de tuits con el maestro, reseñado en mi blog: "El tuit ¿es
periodismo?" http://ow.ly/X9Dwf.
Pasaron los días, y el 15/I/2016,
M. A. Bastenier publicó un
comentario extenso en El País:
“¿Es el tuit periodismo? Si acaso diría que
es el breve de los breves, con una aspiración a la totalidad”.
Este es el texto completo:
“En estos últimos años ha desembarcado en nuestras vidas el tuit
desplegando pasiones, amistades, información, groserías y hasta amenazas de
muerte. En un artículo anterior me referí a Twitter como organización, pero en
este trataré específicamente el tuit en relación a una cierta polémica sobre si
es o no periodismo. Y me adelantaré a cualquier cuestionamiento diciendo que no
lo sé. Pero veamos lo que creo saber.
El tuit
tiene elementos que podemos considerar para-periodísticos. Es un poco como la
vuelta de calentamiento en las competiciones deportivas, una gimnasia sumamente
útil para el periodista. Se trata de meter en 140 caracteres una información y
siempre de una sola idea porque dos son multitud. Para ello, como en el
periodismo, hay que aclararse primero qué queremos contar, repetírselo a uno
mismo todas las veces que sea preciso hasta dar con la fórmula magistral. Pura
alquimia como en la Edad Media. Y en ese ensamblado nos conviene ser rigurosos.
Nada de abreviaturas, elipsis, o cambalaches para que quepa todo lo que nos
gustaría. Hay que escribir en castellano impecable sin permitirse ningún
libertinaje de expresión, amparada en el sempiterno “ya se entiende” de tantos
periodistas.
El tuit tiene elementos que podemos considerar para-periodísticos. Es
un poco como la vuelta de calentamiento en las competiciones
“Los
periodistas son rápidos o no son periodistas”, es un tuit que me gusta; dice
casi sin decir que la rapidez es un sine qua non del periodista, y en su
metatexto, también que los tuits son ricos en lo que no expresan pero puede
intuirse: no se niega que hagan falta muchas otras cualidades, pero por
importantes que sean, si no se cumplen horarios, entregas, necesidades de lo
instantáneo, resultan a la postre inútiles. Y esto vale aún más en el tiempo de
lo digital en el que, aunque no haya hora formal de cierre, este es una
obligación permanente, porque en la idea del periódico de las 24 horas va
incluida la necesidad de renovar el texto tantas veces cuantas sea preciso. La
fabricación de tuits es un magnífico banco de pruebas para ir contando, paso a
paso, el resultado de la final de Roland Garros, en la que vuelve a imponerse
con la regularidad de un metrónomo Rafael Nadal.
Hay quien
aventura que el tuit es un titular, o el arranque de un lead, su plan de
desembarco más decisivo. Yo no lo creo porque en el tuit debe estar mucho más
definida la pretensión de totalidad. El titular nos informa del impacto y la
gravedad de la noticia, pero sabemos que a continuación podemos leer su
desarrollo, que evoca incluso interrogantes a los que se tratará de dar
respuesta en la narración. En el tuit, en cambio, nos movemos en el terreno de
lo que empieza y acaba ante nuestra vista; nada a continuación, todo en el
enunciado. Si acaso diría que es el breve de los breves, la quintaesencia de
ese gran artefacto periodístico —esencialmente impreso— que es la columna de
breves, con la que damos seguimiento a los temas, los mantenemos en activo, o
hacemos el punto de lo que debe escuetamente saberse. Tanto en el breve como en
el tuit esa aspiración a la totalidad, a que esté todo lo que queremos y vale
la pena decir, depende de la distancia a la que nos situemos del objeto
narrativo, en su caso lo bastante lejos como para elegir tan solo un par de
trazos esenciales. La profesión y el trabajo del periodista lo sintetizamos,
así, en la rapidez, pero sin un desarrollo que no aparece por ninguna parte.
Hay quien, sin embargo, hace una seguidilla de tuits hasta numerándolos, de
forma que si alguien tiene la dudosa paciencia de leerlos haya dado con un
artículo de dimensiones modestas. Para mí, eso no vale porque la gracia del
tuit consiste en luchar a favor de la lengua dentro del corsé más exigente,
para resolverlo todo de una tacada.
Hasta
aquí, ni mucho menos creo haber agotado el temario. Pero al igual que los tuits
esta columna tiene una asignación concreta de palabras; las suficientes para
decir algo, pero no tantas como para marear la perdiz. Es un tuit de tuits”.
Referencia: ¿Es el tuit periodismo? | Cultura | EL PAÍS http://ow.ly/X9EJl
No hay comentarios:
Publicar un comentario