¿Qué importancia tiene que una obra de arte o un ensayo sea producto de
una mente privilegiada o de la suma de expresiones intelectuales y artísticas
procesadas por medio de un algoritmo, si ambas formas de expresión generan
conocimiento y placer estético?
Por Miguel Pineda, columnista invitado.
Resulta paradójico que los instrumentos que han liberado al hombre del trabajo se conviertan en sus peores enemigos. El avance tecnológico facilita la vida, pero, al mismo tiempo, las máquinas desplazan a los trabajadores de sus medios de vida.
Al final del feudalismo millones de siervos y esclavos perdieron su
trabajo en el campo, debido a la revolución industrial que generó herramientas
muy eficientes.
A principios del siglo XIX, el fenómeno se repitió en las fábricas. Los
avances tecnológicos permitieron producir 20 veces más rápido y a menor costo
bienes que generaban miles de artesanos y obreros. Como respuesta, el
movimiento Ludita incitó a la destrucción de fábricas y máquinas para tratar de
mantener el empleo de los obreros.
Este desplazamiento de trabajadores se repite en todo tipo de
actividades. A finales del siglo XX, por ejemplo, el avance de la banca
electrónica permitió realizar todo tipo de operaciones financieras en forma
directa, con la desaparición de miles de empleos.
Pero la verdadera revolución en el trabajo intelectual apenas comienza y
la mala noticia es que desplazará a millones de personas. La inteligencia
artificial puede crear reportajes, ensayos, pinturas, esculturas, diseños
industriales, poesías o novelas originales, sin recurrir al ingenio humano.
Ya comienzan las voces de alerta contra estos cambios. Empresarios e
investigadores acaban de firmar una carta para tratar de frenar el avance. Hay
preocupación por el desplazamiento de intelectuales y quieren controlar la
creación generada por computadoras.
Todavía se piensa que la creatividad es exclusiva de la sensibilidad de
seres humanos en lo individual, pero en los hechos ya no se puede detectar si
una obra la creó una persona o un programa.
¿Qué importancia tiene que una obra de arte o un ensayo sea producto de
una mente privilegiada o de la suma de expresiones intelectuales y artísticas
procesadas por medio de un algoritmo, si ambas formas de expresión generan
conocimiento y placer estético?
La inteligencia artificial consiste en la integración de múltiples
conocimientos acumulados por la sociedad a lo largo de la historia y
rápidamente supera la creación o el ingenio individual.
No se puede ir contra el avance de la inteligencia artificial, por más
dudas que genere.
Tomado del diario La Jornada, Martes 4 de abril de
2023, columna Negocios y empresas. La máquina y el ser humano:
https://www.jornada.com.mx/2023/04/04/opinion/018o1eco
Crédito de imagen: Wikimedia Commons. Autor: Mikemacmarketing. https://tinyurl.com/25x7fxz5
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